lunes, 23 de abril de 2012

¿Qué es el estrés?
El estrés es la respuesta automática y natural de
nuestro cuerpo ante las situaciones que nos resultan
amenazadoras o desafiantes. Nuestra vida y nuestro
entorno, en constante cambio, nos exigen continuas
adaptaciones; por tanto, cierta cantidad de estrés
(activación) es necesaria.
En general tendemos a creer que el estrés es consecuencia
de circunstancias externas a nosotros, cuando
en realidad entendemos que es un proceso de
interacción entre los eventos del entorno y nuestras
respuestas cognitivas, emocionales y físicas. Cuando
la respuesta de estrés se prolonga o intensifica en el
tiempo, nuestra salud, nuestro desempeño académico
o profesional, e incluso nuestras relaciones personales
o de pareja se pueden ver afectadas.
La mejor manera de prevenir y hacer frente al estrés
es reconocer cuándo aumentan nuestros niveles de
tensión y ante qué estímulos o situaciones.
Síntomas de estrés
Las señales más frecuentes de estrés son:
Emociones: ansiedad, irritabilidad, miedo, fluctuación
del ánimo, confusión o turbación.
Pensamientos
concentrarse y tomar decisiones, olvidos, preocupación
por el futuro, pensamientos repetitivos, excesivo
temor al fracaso.
: excesiva autocrítica, dificultad para
Conductas
llantos, reacciones impulsivas, risa nerviosa, trato
brusco a los demás, rechinar los dientes o apretar las
mandíbulas; aumento del consumo de tabaco, alcohol
y otras drogas; mayor predisposición a accidentes;
aumento o disminución del apetito.
: tartamudez u otras dificultades del habla,
Cambios físicos:
sudorosas, dolor de cabeza, problemas de espalda o
cuello, perturbaciones del sueño, malestar estomacal,
gripes e infecciones, fatiga, respiración agitada o
palpitaciones, temblores, boca seca.
músculos contraídos, manos frías o
¿Cómo se produce el estrés?
Los eventos externos como generadores de estrés no
necesariamente deben ser muy notorios o intensos, sino
que pueden “acumularse” en sus efectos hasta que
llegamos al límite. La manera en que interpretamos y
pensamos acerca de lo que nos ocurre afecta a nuestra
perspectiva y experiencia de estrés. De manera que con
frecuencia es nuestra interpretación lo que genera (o
potencia) una reacción negativa de estrés, más que el
evento o situación a la que nos enfrentamos.
Como ejemplo tomemos el caso de un alumno acostumbrado
a Matrículas y Sobresalientes que obtiene
Aprobado en un trabajo. La idea de que esa nota le
puede afectar a su expediente académico y con ello a
sus posibilidades de conseguir una beca o trabajo al
que aspiraba, puede tener un efecto amplificador o
multiplicador en su nivel de estrés convirtiéndolo en
ansiedad.
Nuestra reacción a las situaciones del entorno, está
también afectada por nuestro nivel general de salud y
bienestar. Una persona que está siempre agobiada,
que duerme poco y no come de manera equilibrada,
probablemente disponga de menos recursos para
afrontar situaciones difíciles. La clave está en que
logremos equilibrar descanso, alimentación, ejercicio
físico, trabajo-estudio y ocio.
Fuentes de estrés durante
los años de Universidad
Como hemos dicho, el estrés es una parte cotidiana
de la vida y la cantidad de tensión que cada persona
es capaz de tolerar es diferente, y además varía según
el momento de la vida, las circunstancias personales,
laborales o familiares.
Durante los años de universidad las principales
circunstancias que contribuyen al estrés suelen estar
relacionadas con: dejar tu casa, tener que viajar
diariamente muchos kilómetros, hacerte cargo de tu
economía, compartir piso o bien vivir sólo a la vez que
atender las responsabilidades académicas, las clases y
las relaciones personales. A esto hay que sumarle a
veces los eventos positivos, como enamorarte o
preparar un viaje de estudios, que aunque agradables
también nos agregan cierta tensión. Ante estas
situaciones es cuando más nos cuesta distendernos o
tomar distancia de ellos.
¿Qué hacer ante el estrés?
Las estrategias para afrontar el estrés buscan prevenir o
controlar los excesos en las demandas procedentes del
entorno o bien de nosotros mismos. En los casos en que
la situación que nos genera estrés es inevitable, como
un examen o una lesión, el desafío consiste en hacer
frente a la situación de la manera más saludable
posible, lo cual incluye no seguir haciendo aquello que
sabemos, por el pasado, que no nos ha dado resultado.
Para ello te sugerimos algunas estrategias que han
probado ser eficaces, y que pueden ayudarte a hacer
frente a situaciones de mucha tensión.
1.
física y psicológicamente: descanso, vacaciones,
deportes y actividades de ocio, técnicas de relajación.
2.
nadar, o incluso limpiar el cuarto, reparan nuestras
fuerzas y nos reaniman.
3.
y el abuso de cafeína, alcohol y comidas.
4.
«no». Suspende las actividades que son menos
prioritarias, es decir, “escoge tus batallas”.
5.
actividades y expectativas.
6. Intenta mantener
demasiado de uno mismo o de los demás, exigirte
perfección o ser inflexible con las prioridades puede
generar mucha frustración.
7.
conversar y expresar tus emociones, tanto la risa como
la pena y la rabia.
8.
Imagina la situación (el examen o la entrevista, por
ejemplo) y practica tus respuestas y reacciones para
estar preparado.
9.
cuarto y tu mesa de estudio. Cambia tu ambiente físico
de manera que te ayude a trabajar y descansar mejor.
Relájate. Realiza actividades que te permitan renovarteHaz ejercicio. Las actividades físicas como caminar,Mantén una dieta saludable. Evita la automedicaciónSé asertivo. Establece límites, aprende a decir queOrganiza tu tiempo. Prioriza y estructura tusexpectativas realistas. EsperarComparte tus emociones. Busca alguien con quienAnticipa las situaciones estresantes y prepárate.Ordena tu espacio personal. Limpia y arregla tu
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